Pesadilla
En aquel lugar las gentes discutían como necios, había gente buena, pero la mayoría cejaba en su disputa contra otros, discutían por cualquier necedad, hubo intentos de golpe de estado maquillados de democracia y los medios de comunicación hacían el juego a unos y otros.
La moralidad de lxs ciudadanxs se resentía por los ejemplos que daban sus líderes, mangancia, abusos hacia lxs débiles y pederastia, diferencia de trato según el escalafón, todo eso y a toda hora cansó a la ciudadanía a la que habían crispado, una crispación provocada con sucia intención.
En la pesadilla, de pronto una densa nube gris cubrió aquella población inmersa en sus riñas.
Y de esos nubarrones empezó a llover una corte de pequeños muñequitos negros, muchos de ellos con chistera otros con cascos, miles de monigotes oscuros tomando el Congreso, Ayuntamientos, Hospitales, Sedes bancarias, y cualquier centro de control.
En cuestión de horas, tomaron el control de aquel lugar.
Las ideas que traían esas sombras grotescas no eran muy humanas, carentes de empatía ni atisbo de sensibilidad y a lxs ciudadanxs todo les pilló en frío, sin fuerzas ni capacidad de reacción fueron dominadas fácilmente por la corte de hombrecillos quién decretó feroces leyes contra todo lo establecido anteriormente.
Palabras como Libertad de prensa, Derecho laboral, Constitución, derechos humanos, igualdad dejaron de tener valor alguno.
En aquel lugar se dejó de valorar la vida humana.
Monigotes que habían controlado las mentes de toda una ciudadanía y decidían en minutos quién tenía derecho a vivir, sin tribunales, sin posibilidad de alegación y todxs lxs ciudadanxs eran tratadxs como bultos daba lo mismo su ideario, su religión o su nivel social, para aquellos monigotes no había diferencia entre humanos, quienes habían perdido todas sus posesiones y eran usadxs, lxs que valían, para los trabajos mecánicos.
Aquellos hombrecillos carecían de alma y despreciaban a lxs humanxs ...
De pronto di un bote , sudando me desperté, miré alrededor para ubicarme, el espejo, la lámpara, las cortinas.
Reconocí la pesadilla
Tomando el primer café y viendo las noticias matutinas...
¡Coño!
Habían entrado en razón y los servidores públicos reconocían que se debían a lxs ciudadanxs y que lo importante eran estxs, reconocieron también que no se puede jugar con la inocencia de las personas sabiendo sus puntos débiles, y que la ciudadanía esperaba de su ejemplaridad incluso en las formas y que para ello todxs teníamos que tener el mismo trato ante la justicia y que el haber tenido un cargo público y posición de poder, suponía un agravamiento en las penas y no una escapatoria.
Entonces sorprendido vi que aquel lugar había recobrado el seny y todxs tiraban del carro y los nubarrones habían desaparecido.
1 comentario:
Estamos despertando de la pesadilla en muchos ámbitos.
Publicar un comentario