Tan dulce, tan fuerte
Infancia dura, durísima, terrorífica.
La orfandad con dos hermanas y una madre que tiene que ponerse a limpiar escaleras (Entonces se fregaba de rodillas) o a servir.
El miedo continuo en la guerra, más por estar en zona roja siendo cristiana prácticamente.
Oír a alguna vecina decirle a su madre que la "iban a dar el paseillo"
Y luego…vivir hasta seis personas en un piso de cuarenta metros cuadrados en la Ronda.
Esta fue la infancia de una humilde mujer hija de obreros.
Esta gran mujer y modelo de cristiana, aceptó y amó hasta sus últimos días a este rebelde, ácrata y apóstata, con toda la dulzura de una madre.