jueves, 6 de enero de 2022

¡NO ME ENCAJA! o el porqué no me gustan las cajas

 

Ese mundo de cajitas, que desde hace 100 años nos maneja.

Aquellas que desde Detroit inundaron toda la faz de la Tierra.

O aquellas que alejaron a los humanos de la tierra en espigadas formas.

También cajas enormes que surcaban océanos manchando todo.

Cajas voladoras supersónicas y ensordecedoras.

Esa cultura de la caja nos gobierna desde hace más de un siglo.

La humanidad se ha alejado de su raíz. La de los campos con senderos, la del campesino,  la de una velocidad asimilable, la de familias y barrios, la de sentir los olores que emana la Tierra,  y los sonidos que emite. Todo esto, alguien decidió, debía someterse a esas nuevas cajas y por tanto plastificar los campos y convertir las urbes en poblaciones girando todas alrededor de esas cajitas.

Salió mucha humanidad de los campos y fue a las crueles ciudades para ser explotada a cambio de una nómina que le permitía pagar los recibos de créditos con los que hacerse con una caja pequeña donde vivir.

Desde entonces pasaron muchas cosas, la Revolución Soviética,  el crack económico y otros similares maquillados, los ingentes traslados de nativos de forma oficial, las masacres  emitidas en vivo (irónico) y en directo  para que sean oídas y vistas en cajitas que esperan a la población en las otras cajas en donde  hacen parte de sus vidas.

En un plisplás todo el globo se sometía a esas cajas, ciudades para ellas. Y esas cajas a su vez  había que llenarla con otras cajitas que servían para que la población olvidara sus orígenes, y fueran fácilmente adocenadas  y manejadas.

En unos instantes la Tierra se llenó de cajas de todo tamaño que servían para todo desde acunar hasta enterrar, desplazarse a velocidades impensables y multitud de usos que hacen la vida más agradable y más excitante por lo menos a una pequeña parte del universo.

Y la humanidad que aún vive sobre la tierra de sus raíces desea abandonarla para engrosar la población del mundo rico -bueno es donde se puede comer y donde no te matan  o eso creen-  y eso aunque no te permitan ser considerada como una ciudadana como ellos.

¿ Es mejor vivir así a cambio de unos frijoles que recogerlos de la huerta ?

A todos estos recipientes y artilugios se unieron hace bien poco otros más pequeños, caben en una mano, saben todo de nosotras y es de facto la forma de manejar grandes poblaciones, unas pocas compañías tienen datos de millones de personas, sabiendo donde está y lo que le gusta y sus vicios y lo que piensa o en quien cree.

¿Cuánto tiempo tardaría la masa en levantarse si no tuviera ese acceso?

Ojalá no fuera así y nos diéramos cuenta que se puede vivir sin ellas al igual que con las que se mueven alrededor del globo a grandes velocidades y por los tres medios y que las únicas cajas que necesitamos son los aquellas donde se crían y educan los hijos y el que sean lujosas no supone ser mejor hogar y que vivir en ambientes más cercanos supone menor riesgo contra epidemias y otros, riesgos  y  realmente es más humana.

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